sábado, 31 de mayo de 2008

Como un explorador

Respecto a la investigación en la comunicación.

Entre los modelos de la comunicación, -modelo vertical, persuasivo y participativo- existen una serie de herramientas importantes para conocer la eficacia que los programas de comunicación han tenido en cierta institución o lugar. Las herramientas son: la investigación, la gestión y la producción. Todas estas herramientas tienen el fin de que la información recolectada se convierta en conocimiento.

En la investigación están ciertos trabajos como, diagnósticos, análisis e públicos y sondeos de posicionamiento. Pero también hay otros como la etnografía. Sin embargo, para el tipo de temas que se trata en la investigación, -que son de interés organizacional- la etnografía no resulta tan práctica. No obstante, es también un trabajo de investigación y como en clase hemos hablado tanto de las otras técnicas, quisiera ahora comentar un poco sobre mi experiencia con la etnografía.

El ciclo pasado, para la materia de Introducción a la investigación de la comunicación, realizamos una etnografía. El tema que escogimos con mis compañeros de grupo fue: “El interaccionismo simbólico en las salas de espera del Hospital de San Bartolo”

Hay que tener en cuenta que la etnografía es el trabajo de describir cultura. En vez de estudiar a la gente, la etnografía aprende a la gente. En lo particular, me pareció que la etnografía es un método de investigación muy interesante. Bueno, quizá no pensaba eso durante las 40 horas que tuvimos que pasar en el hospital para hacer la investigación, pero cuando ya se le ve en retrospectiva se le puede encontrar lo romántico del asunto.

En la sala de espera parecía existir una cultura aparte, una forma de comportarse en estas y los patrones se repetían día con día, desde cómo actuaban cuando llegaba una ambulancia hasta cómo empezaban las conversaciones de paciente con paciente en las salas de espera. Después de todo, existe la teoría que dice que el concepto de cultura como saber adquirido tiene mucho en común con el interaccionismo simbólico. Blumer ha identificado tres premisas en la cual se basa esta teoría.

La primera es que “los humanos actúan hacia las cosas sobre la base del significado que las cosas tienen para ellos”. Es decir que lo simbólico de las cosas pesan por su significado especial. La segunda es que “el significado de las cosas es derivado de, o salida de, la interacción social que se tiene con los demás”. Y la tercera es que “los significados son manejados en, y modificados durante, un proceso interpretativo usado por una persona al momento de encontrarse con las cosas.”

Fue muy emocionante lograr aplicar las premisas de Blumer con el interaccionismo que se daba en las salas de espera. Estar ahí anotando todo en el diario de campo y con el paso de los días lograr conocer buena parte de la cultura organizacional del hospital, en verdad hace que uno se sienta como un investigador.

Pero bueno, sólo quería hablar un poco sobre la etnografía y lo interesante que esta puede resultar como método de investigación. Es apenas una visión corta de la etnografía, pero espero les haya resultado atrayente.


sábado, 24 de mayo de 2008

El capitán de su calle

Dime cómo es donde trabajas y te diré a qué teoría perteneces…

¿Tu jefe te explota? ¿Es imposible discutir con él o ella? ¿Tus opiniones están rechazadas? ¿Te controlan con cronómetro?



Bueno, si es así, lamento informarte que en tu trabajo se aplica la teoría de Taylor de la “Fisiología de la organización”, cosa que es rara porque dicha teoría fue muy popular, pero en el siglo XIX… Pero bueno, al menos no te confundes tanto pensando en los 14 principios de la comunicación que habría en tu trabajo si ahí se empleara la teoría de Henry Fayol, el “Código de la administración”, teoría un poco más metódica que la de Taylor.

Apuesto que a todos nos encantaría trabajar en una institución donde la teoría Z fuese la base de todo. Después de todo, es una teoría participativa donde importa el ser humano como ser integral, donde se busca que la persona se auto-supere por su propio bien y el de la empresa. Qué lástima que la teoría esté basada en la cultura japonesa y que la nuestra sea tan distinta a ésta. Pero bueno, imposible no es poner en práctica tan bonita teoría aquí en el país. Imposible no, pero sí difícil.

Por otro lado no me gustaría ser parte de una empresa donde la Teoría de las decisiones impere. Es muy probable que en una semana de mala suerte, de esas que nos sieguen a todos, una decisión mía –que se supone que todas las decisiones se toman en cuenta- lleve a la empresa a la quiebra. Mala cosa…

Teorías X, Y y Z, ¿sabes cuál puede aplicarse en tu trabajo?


sábado, 17 de mayo de 2008

Corre, dijo la tortuga

Corre, dijo la tortuga

Un fin de semana, mi padre comentó lo bien que se sentía pasar un par de días sin tener que ver a su jefa. Mi hermano, que seguía analizando los ángulos de unos extravagantes triángulos, no pudo evitar reírse. A mí no me sorprendió mucho, incluso he oído de los mismos compañeros de mi padre la inconformidad que sienten sobre su jefa. “Por cuello” dicen que está ahí; que no trabaja nada, agregan. “Cómo manda la Guasona”, se quejan.

Y da risa, lo admito, pero a la vez esta situación perjudica el buen desempeño de los trabajadores en la institución Buwa (¿Buwa? Ah, todo por el anonimato). En realidad, esta es una institución elemental en el país, se divide en múltiples sectores y, a pesar de su relevancia, en muchas partes se quejan de la incompetencia y mala actitud de los jefes. Seguro que Elton Mayo no lo aprobaría...

En su teoría Mayo hablaba del “hombre social” y de la importancia del estilo del gerente respecto a la eficacia de los empleados en su labor. Mi padre a veces se queja de que a él la jefa le asigna trabajos que ella tendría que realizar. Asegura que siempre que aparece ella por ahí lo único que hace es entorpecer el trabajo –por eso todos siempre se le andan escapando y prefieren los trabajos de campo.

Está claro que la jefa de mi padre nunca ha oído sobre el efecto de Hawthone. Efecto que dice que la productividad mejoraba cuando los empleados sintieran que la gerencia se interesa por su bienestar.

Pero es normal eso que aquí la imagen de jefe esté relacionada con la de un ogro malvado o con la de alguien como el Líder. Ser dictador es sinónimo de ser un buen líder para muchas personas.

Por otro lado, -y como siempre, cómo nos influye la globalización- respecto al tema de los jefes, un programa de televisión ha creado un fenómeno. The Office, una comedia que parodia la vida de una típica oficina con todas las excentricidades de los trabajadores y un jefe loco que, a pesar de todo, sí ha oído del efecto de Hawthone.

domingo, 11 de mayo de 2008

¿19 días y 500 noches?

¿19 días y 500 noches?

Ese parece ser el tiempo que ha pasado desde que entró en esta malvada institución.

Pero no, sólo han sido tres horas; tres horas de terrible sufrimiento y tortura sin cesar. Y no debería ser tan difícil, la verdad, sólo era confirmar el cambio de apellidos en un par de documentos y nada más.

No sería así, sin embargo, no podía creer lo mucho que encajaban las características de la comunicación de la teoría de Henry Fayol en este lugar. Y también, tal vez Weber dijera que el proceso de burocratización era necesario para ganar eficacia e institucionalidad, pero por el momento, eficacia y eficiencia eran términos desconocidos en ese lugar. A su lado, su hermano estaba calculando ángulos de unos triángulos extraños. Al menos alguien se entretenía.

La secretaria regresó anunciando que tenían que volver al tercer piso. De muy mala gana, volvieron a subir. La sala de espera del tercer piso ya les era muy familiar, habían estado ahí al menos unas cinco veces. Y era extraño, pensó, dándose cuenta por fin que desde que habían llegado a ese lugar la novena sinfonía de Beethoven estaba sonando. ¿Cuántas horas llevaban ahí ya? Raro, muy raro.

Su hermano se quejaba, al parecer los ángulos que había calculado no eran los adecuados para ese tipo de triángulos. La sinfonía, seguía, seguía y nunca llegaba a su parte favorita. Fulminó con la mirada a los empleados de esa área quienes estaban ignorándolos olímpicamente. Y de todo pasó en los siguientes minutos; un perro andaluz pasó por ahí, y una pareja del personal de la institución discutían. El resto los escuchaba sin molestarse en disimular. Novios, al parecer; celos, parecía también. Mala cosa, deberían hacer caso a Niklas Luhmann.

El jefe apareció de pronto; todos se asustaron y lo más discretamente posible volvieron a su puesto. Mandó a llamar a la pareja y una vez desaparecieron de la vista; el resto comenzó con el tan productivo chisme. Y ellos seguían ignorados. Ahora su hermano le preguntaba si veía alguna diferencia entre el ángulo a y el e. De nuevo, no le hizo caso, entonces sin querer dirigió la vista a la ventana… y lo vio.

¿¡Un elefante blanco!? Ahí andaba contoneándose por el parqueo y parecía que tenía compañía, pero ya no le sorprendió ver quién era. Era obvio, ¿quién más sino Bawa-bawa? Cómo se había hecho amigo del elefante, jamás lo sabría…

Y recordó que Max Weber, asimismo, definía la burocracia como un instrumento de dominio social que resulta de la creciente complejidad de la sociedad, pero que acaba por esclavizar al hombre porque lo imposibilita a actuar con criterio propio. Tenía razón, admite, al menos aquí.

Respecto al trabajo compartido y en línea de producción que proponían Frederick Taylor, Henry Fayol y Max Weber, dejo aquí un video de la famosa serie “I love Lucy”. Espero ayude a ilustrar el tema, pues se observa en el clip como se da una definición exacta de los movimientos necesarios para cada uno de los empleados y también la importancia de la producción sobre todo lo demás.