miércoles, 2 de julio de 2008

Pas de replâtrage, la structure est pourrie

La información proporciona conocimiento, el conocimiento da reconocimiento y esto, finalmente, provee poder al individuo o grupo. Pero la información no está para todos sino para un público privilegiado que no sólo la conoce sino que también es capaz de controlarla. Tanto el poder en las organizaciones como el poder en las sociedades tienen su base en el nivel de información que poseen. El poder y la información, como era de esperar, también tienen ciertas implicaciones políticas –parece que en lo últimos días nada escapa de lo político-. El público debe estar conciente entonces que la información que dan aquellos que la controlan lleva una determinada intención, puesto que la información es un instrumento para la toma de decisiones y no es de extrañar que la utilicen para hacer que el público inocente (y quizá a veces, un poco ingenuo) tome decisiones que son más para el bien de estos privilegiados que para el bien común.

Que el poder esté en la información nos hace darnos cuenta de lo exclusivo del asunto. Sería más bonito si fuese L'imagination au pouvoir (la imaginación al poder), todos tenemos imaginación y sería más democrático, ¿no? Aunque claro, como muchas de las frases del Mayo francés ésta se queda apenas en un ideal. Una lástima…

Volviendo al tema y recordando lo que está en la entrada anterior acerca del último foro: “Implicaciones políticas de los procesos de globalización en Centroamérica”. Pues Centroamérica es un buen ejemplo de cómo la información y el poder juegan un papel clave en dichos procesos. Desde tiempos de Bolívar se ha buscado una integración en C.A., claro actualmente el objetivo no es unir a toda Centroamérica en una sola nación sino más bien integrarla en tratados como el CAFTA que generaría una espacio económico común y todo lo demás que ya expliqué anteriormente.

Ahora bien, temas de integración y tratados de libre comercio con Estados Unidos son temas de tal envergadura que conciernen directamente a la población de los países. Y aquí vuelve a pegarle a la población la importancia de estar bien informada y tener reconocimiento. Y no es que la población no quiera informarse sino es que no la dejan como ya decía anteriormente. ¿Qué va a saber de las desventajas de los Tratados de Libre Comercio? Si sólo le dicen la parte positiva aparte que, por lo general, estos buenos resultados, de los que tanto hablan, se ven a duras penas y son los poquitos de siempre a los que les va bien.

Por si fuera poco, a la hora de decidir si se darán o no estos tratados (y montón de otros proyectos más) la voz y opinión de la población es echada al trasto. O al menos eso es lo que sucede en El Salvador. Por ejemplo, para el año 2001 se dio la famosa “dolarización”, pero es que la forma en como la impusieron de un día para otro, vaya que se lo pensaron bien. Lo decidieron en la última plenaria del año, a la última hora cuando nuestros bien capacitados diputados ya debían estar hastiados de estar ahí, y ¡wow! ¡Al siguiente día ya usábamos dólares! ¿Y cómo va a ser posible que algo como cambiar la moneda nacional lo hagan sin preguntarle nada de nada a la población? Luego están también los tratados, en países como Costa Rica donde hacen referéndum y plebiscitos para conocer la opinión de la población, pero aquí nada de nada. Sólo lo aceptan y ahí que vea cómo se la apaña la población.

Se supone que el único soberano de la nación es el pueblo, pero luego, como bien dijo el profesor Godofredo Aguillón, el pueblo pierde su soberanía delegando su poder a los partidos políticos. Pero, ¿la información completa en verdad fluye en todos los partidos políticos? Tendría que ser así, ellos están a cargo, “ellos tienen el poder”, ¿o no es así?

Por otro lado, ¿sabemos si los políticos en verdad están capacitados para ser líderes?

Le toca a la población buscar un medio para hacerse escuchar y obtener la tan preciada información. A veces no son los mejores métodos, pero a veces es lo único que queda. Y de pronto, volvemos a caer en violencia, para después pasar a la fría indiferencia. Poco a poco estamos peor. Ya el Estado y los que tienen la información saben cómo calmar a la población. Ya le funcionó a Roma, ¿por qué no a ellos? A puro circo se contenta la población.

De repente, la crisis económica, los problemas con el transporte y otras tantas dificultades que vive el país, ya no importan tanto como ver quién va ganando en “Bailando por un sueño” (que ahora va ser “Cantando por un sueño”) o que la Selecta le ganó a Panamá -y que vaya que ahora sí todos creían en el equipo-. Y así vamos, porque la información que más conocemos es eso “Bailando por un sueño”, la Selecta, ah y también la Euro claro está.

Si no nos dan la información, no caigamos en el conformismo, habrá que buscarla, encontrarla y hacer correr la voz. Con las nuevas tecnologías se ha hecho más fácil eso de “correr la voz” y lograr darse a escuchar, pero no todos tienen acceso al conocimiento. Se necesita información democrática, un Estado democrático. Seamos realistas, pidamos lo imposible; un poco utópico quizá, pero me gusta el Mayo Francés.

Y bueno, este es mi comentario, un poco más largo de lo que hubiera creído –y con un poco más de desvaríos de lo normal-, pero es el último del ciclo. Algo se tenía que hacer.


Finalmente, aquí está el vídeo que hice para medio ilustrar este comentario. Me divertí haciéndolo, jamás lo hubiera creído.